Friday, February 27, 2009

PARACAS

Paracas en la costa sur del Perú no sólo es una maravilla de la naturaleza y una reserva natural, sino que alberga los vestigios de una ancestral cultura de guerreros y artistas. Aqui mostramos fragmentos de mantos e icono grafía retocados digitalmente, los colores son los originales.









Sunday, February 08, 2009

Wednesday, January 14, 2009

DE ALGUNOS REINOS DE LA COSTA DEL PERÚ




En la Costa Peruana, en el periodo Intermedio Tardío (1200-1450), los cronistas de la época colonial señalan la existencia de otros reinos que, al igual que el Chimú, fueron sometidos por los Incas en 1450. De uno de ellos, llamado Cuismancu, recién se ha demostrado por la presencia de poco restos arqueológicos, su existencia. Una etnia denominada Cuismanco se habría desarrollado en Cajamarca, en la Sierra Norte del Perú. Dominando las actuales provincias de Chota, Hualgayoc, Santa Cruz, Cajamarca, Celendin, Contumaza, San Marcos, y Cajabamba. Su Dios más renombrado era llamado Catequil, dios del rayo y el trueno, quien era venerado en un templo de Huamachuco. También pertenecen a esta cultura las famosas Ventanillas Otuzco, que son tumbas excavadas como cuevas, en los cerros, donde colocaban las momias de sus grandes curacas (1).
Hay autores que afirman que en la época existió el Señorío de Cuismanco (Del Busto 1978 b), cuyos dominios comprendían los valles de Chancay, Chillón, Rímac y Lurín y cuyo poder era tan grande que mantenía en jaque a los Atavillos, Yauyos y Huarcos y trataba en términos paritarios con el Reino de Chimor. No esta probado que dicho señorío haya existido, pero en todo caso su posible existencia no hubiera alterado mayormente la organización política que ha sido debidamente comprobada para los valles de la Comarca.(2) Es a este último reino al que se refieren los autores, no al de Cajamarca.
El reino de Collique, en cambio, se ha identificado en la zona de difusión de la Cultura Chancay, en la Costa Central. La sociedad Collique se ubicó en todo el valle del Chillón, desde las orillas del mar hasta las estribaciones andinas, llegando hasta Santa Rosa de Quives. En esta zona se cultivaba la hoja sagrada de coca. Tuvo como vecinos a los grupos Canta e Ychma. Las fuentes escritas del siglo XVI informan que el señorío de Collique mantuvo constantes conflictos con sus vecinos. (3)
El yacimiento que ha dejado muestras más significativas es la necrópolis de Ancón, cuyas tumbas, en origen riquísimas, han sido objetos de saqueos en el transcurso de los últimos dos siglos.
Así como en el caso de la cultura Paracas las sepulturas contenían numerosos fardos de cadáveres inhumados en posición fetal o sentados, envueltos en magníficos tejidos, y con máscaras mortuorias de madera. Son típicos de la cultura Chancay los "cuchimilcos", figuritas de cerámica antropomórifcas, de dimensiones variables y rasgos estilizados, que se usaban como amuletos y como objetos de culto.
Precisamente como resultado de los saqueos de la necrópolis, los ajuares funerarios, de los que se conserva sólo una mínima parte, ofrecen una visión parcial de la cultuta material y de la iconografía Chancay.
A lo largo de la costa sur, sobre los vestigios dejados por la civilización Nazca, han permanecido los rastros de otras culturas. El reino de Chincha floreció en el fértil valle del mismo nombre y en el de Ica. Un documento anónimo del siglo XVI habla de él, y describe una sociedad extremadamente organizada y dividida en grupos de granjeros, pescadores y comerciantes.
El grupo de comerciantes viajaba en balsas y creó una red comercial entre Ecuador y la región de los Altiplanos.
El yacimiento arqueológico de La Centinela, de notable interés, era probablemente una especie de "cápital" del reino de Chincha. En lo que respecta a la producción artesanal que floreció en el seno de esta cultura, los refinados tejidos representan una continuación de la tradición Paracas y Nazca, que nunca se extinguió, y contrasta con la simplicidad de las obras de terracota, pobres en sus formas y decoradas con simples motivos geométricos.

Maria Longhena Walter Alva
Perú Antiguo Historia de las Culturas Andinas

Modificado por cuestiones de edición, se añaden notas que van en cursivas que no se relacionan a los autores mencionados.
(1)http://intermediotardio.blogspot.com/2005/06/el-reino-cuismanco.html Arturo Gomez Alarcon
(2)http://sisbib.unmsm.edu.pe/Exposiciones/FundLima/limaprehisp/tambos2a.htm Los Señoríos y Curacazgos Limeños
(3)http://pe.kalipedia.com/historia-peru/tema/peru-preincaico/senorio-collique.html?x=20080605klphishpe_16.Kes&ap=2

Fotos: http://www.perou.org/album/photos/view.php?lg=es&id=705
http://www.naya.org.ar/peru/lacentinela.htm

Monday, January 12, 2009

EL MÁS ALLÁ





Los pueblos de la sierra creen que todas las ánimas de los que mueren van a una tierra que llaman Upamarca, la tierra muda. (El país del silencio, al que llegaban los difuntos después de atravesar un ancho río por un puente estrecho). Antes tienen que pasar un río y el puente de cabellos es muy estrecho. A las ánimas las pasan unos perros negros y por eso los crían los indios. Los del pueblo de Huacho y los otros de la costa dicen que las ánimas van a la isla de Guano, y que las llevan los lobos marinos que ellos llaman tumi.
Lo que comúnmente todos los peruanos creían y tenían por fe es, que el que era bueno, cuando moría volvía hacia el lugar de donde había venido, el cual era debajo de la tierra; allí vivían los hombres y tenían todo descanso.
Pero el que era muerto por justicia, hurtaba, o hacía otros pecados, cuando se moría iba al cielo donde hay fuego, y allí pagaba por ellos.
Tenían y creían también que los muertos han de resucitar con sus cuerpos y volver a poseer lo que dejaron; por eso lo mandaban echar consigo en las sepulturas, y les ponían a los muertos todo lo mejor que tenían, porque creían que como salían de acá así habían de aparecer sus ánimas allá donde iban ...
Los peruanos tenían por entendido que había un infierno para los malos donde los atormentaban los demonios, y que llamaban Zupay. Decían, que los que iban al infierno, padecían mucha hambre y sed; que las comidas que comían y bebían eran carbón, culebras, sapos, y otras cosas parecidas. Los indios que iban al cielo comían y bebían espléndidamente muy buenas comidas que el hacedor les tenía preparadas, y que también recibían las comidas y bebidas que se les quemaban en la tierra.

Traducido directamente por Walter Krickeberg.
Mitos y leyendas de los Aztecas, Incas, Mayas y Muiscas

Fotos: En Huacho, Isla Don Martín, excepto segunda foto que corresponde a la Isla Huampanu mucho más al sur.

COMO EN LA ANTIGUEDAD, SE DECÍA QUE LOS HOMBRES VOLVÍAN AL QUINTO DÍA DESPUÉS DE HABER MUERTO. DE ESAS COSAS HEMOS DE ESCRIBIR


En los tiempos muy antiguos, cuando un hombre moría, dejaban su cadáver, así nomás, tal como había muerto, durante cinco días. Al término de ese plazo se desprendía su ánima, "¡sio!" diciendo, como si fuera una mosca pequeña.
Entonces la gente hablaba: "Ya se va a contemplar a Pariacaca, nuestro hacedor y ordenador". Pero algunos afirman, ahora, que en aquellos tiempos no existía aún Pariacaca y que el ánima de los muertos volaba hacia arriba, hacia Yaurillancha. Y que, antes que existieran Pariacaca y Carhuincho, los hombres aparecieron en Yaurillancha y Huichicancha.
Dicen también que, en aquellos tiempos, los muertos regresaban a los cinco días. Y eran esperados con bebidas y comidas que preparaban especialmente para celebrar el retorno. "Ya regrese", decía el muerto a la vuelta.
Y se sentía feliz en compañía de sus padres, de sus hermanos. "Ahora soy eterno, ya no moriré jamás", afirmaba.
Por esta causa, los hombres aumentaron, se multiplicaron con exceso. Y era muy dificil encontrar alimentos. Tuvieron que sembrar en los precipicios, en los pequeños andenes de los abismos. Vivían sufriendo.
Y cuando era así, tanto, el padecer, murió un hombre. Su padre, sus hermanos y su mujer lo esperaron. Se cumplió el plazo, llegó el quinto día y el hombre no se presentó, no volvió. Al día siguiente, en el sexto, llegó. Su padre, sus hermanos, su mujer lo esperaban muy enojados.
Viéndolo, su mujer le habló con ira: "¿Por qué eres tan perezoso?
Los demás hombres llegan sin fatiga. Tú, de este modo, inútilmente me has hecho esperar". Y siguió mostrándose enojada. Alzó una coronta y la arrojó sobre el ánima que acababa de llegar. Apenas recibio el golpe: "¡Sio!" diciendo, zumbando, desapareció, se fue de nuevo. Desde entonces, hasta ahora, los muertos no vuelven más.

Dioses y Hombres de Huarochirí
Narración Quechua Recogida por Francisco de Ávila (¿1958?)
Traducción: José María Arguedas

Foto: Nevado Pariacaca

Thursday, February 01, 2007

EL MITO DEL ORIGEN DE LA POBLACIÓN DE LAMBAYEQUE

Los habitantes de Lambayeque y de los alrededores afirman, que en una época muy antigua llegó de la parte septentrional del Perú una gran flota de balsas. El jefe de estos extranjeros era un hombre de gran talento y de gran valentía; se llamaba Naylamp y su mujer se llamaba Ceterni. Además de ella tenía un gran número de concubinas. Los principales oficiales de su casa eran Pitazofi, que es el que tocaba la concha marina, instrumento muy estimado entre los indios; Ninacolla, que se ocupaba de su litera y de sutrono; Ninagentue, que era el encargado de suministrar las bebidas, Fongasigde que estaba encargado de extender polvo de conchas en los lugares por donde debía pasar; Ochocalo, su cocinero; Xam, que se ocupaba de las grasas y colores con los cuales él adornaba su cara; finalmente Ollopcopoc que preparaba sus baños, y Llapchilulli que hacía sus túnicas y sus vestidos de plumas muy estimadas en aquella época.
Naylamp desembarcó con todo su séquito en la desembocadura de un río que se llama hoy Faquisllanga. Allí abandonaron sus balsas y se asentaron en el país y construyeron amedia legua de dicho lugar un templo que nombraron Chot. Allá pusieron un ídolo que habían traído consigo y que representaba la imagen de su jefe. Estaba hecho de una piedra verde que se llama Llampallec, que quiere decir: figura o estatua de Naylamp.
Este príncipe murió después de un largo régimen y dejó un gran número de hijos. Para hacer creer al pueblo que era inmortal se extendió el rumor de que, por su poder mágico, se había dado alas y se había elevado al cielo.
Sus compañeros estaban tan afligidos por su ida que, aunque casi todos ellos tenían una familia numerosa y se había ligado fuertemente a su nueva patria, cuyo territorio era muy fértil, casi todos la abandonaron yéndose por todos lados para buscar a su jefe. Sus hijos nacidos en el país fueron los únicos que se quedaron allí.
Cium, sucesor de Naylamp, casado con una mujer joven llamada Zolzdoñi, tuvo de ella y de algunas concubinas doce hijos, cada uno de los cuales llegó a ser el jefe de una numerosa descendencia. Después de un largo régimen se encerró en un subterráneo donde él se dejo morir de hambre, a fin de ocultar su muerte al pueblo y de conservar la opinión que su raza era inmortal...
Tempellec era el último príncipe de esta dinastía. Quería cambiar el lugar del ídolo de Naylamp, que se había puesto en el templo de Chot. Este proyecto le trajo mucha desgracia. El demonio le apareció bajo la forma de una muchacha bonita y le sedujo.Pero apenas había consumado el crimen, cuando comenzó a llover, cosa que nunca se había visto en esta planicie. Este diluvio duró treinta días y fue seguido por un año de esterilidad y de hambres. Los sacerdotes y los jefes que habían tenido concoimiento del pecado de Tempellec, lo consideraban como la causa del desastre. Se apoderaron de su persona y lo tiraron al mar, con pies y manos ligados.
Su muerte significaba el fin de la dinastía de los soberanos naturales del valle de Lambayeque... Esta región se gobernó durante mucho tiempo como república, y fue finalmente sujetada por el poderoso Chimu Capac.

Walter Krickeberg
Mitos y Leyendas de los Aztecas, Incas, Mayas y Muiscas
AI APAEC

Friday, November 26, 2004

AI APAEC

En un país llamado Perú, hace cientos de años existio un Dios llamado AI-APAEC. En el confin de los tiempos los hombres creian en el y en la naturaleza. Cangrejo o pez, maiz o yuca. Lo marino o lo terrestre. Era el señor de las Olas y las Serpientes.

"El Obispo de Reque, Carrera y daza (1644), recoge en la zona la idea de una deidad mochica "dual", siendo AI- APAEC y CHIC-OPAEC sus nombres. Larco (1938), creyó ver el AI-APAEC en un personaje de rostro felínico y que se encarnaba en las diversas expresiones de la naturaleza ya sea terrestre o marina. Ultimamente se habla de "mellizos" (Hocquenghem) para identificar la imagen doble de esta deidad."

"Sus signos sacrales son las olas y serpientes en el rostro y "fajado" con dos serpientes en la cintura. Las variables de estas representaciones, decapitando, ofreciendo mullo, tocando el caracol o disparando rayos, pareciera que son caracterizaciones míticas de su accionar, en escenarios litúrgicos diferentes."

AI APAEC